Loading...
23 de octubre de 2015 a las 12:46 PM
El cafe de la paz
“El café de la paz”, propuesta de un ‘gran campesino’
Hernán Molina Osorio ha sido premiado en varias ferias agroindustriales como inventor de herramientas tecnológicas que ayudan en las labores del campo.
Su vida ha descollado entre cafetales de Calarcá y luchas agrarias en busca de reivindicaciones para los campesinos del Quindío.
Hoy en día se le ve en muchos lugares del departamento, posicionando su café, tostado y molido, de una fragancia exquisita, que se puede vender, según él, entre 4 y 6 dólares la libra en los mercados internacionales
Hernán Molina es la escuela ambulante de ‘Toma buen café’. Camina llevando a cuestas una mochila, donde guarda varios recipientes con distintos tipos del grano, una tostadora y moledora de café, a un lado, y, al otro, una cafetera, ambas creadas por él.
Destapa sus recipientes y los da a oler, en verdad tienen una exquisita fragancia del mejor café. Luego prepara la bebida y la ofrece a su cliente, para que, finalmente, le compre una o dos libras del café que cosecha en su finca.
Hernán Molina Osorio es candidato al concejo municipal de Calarcá por el partido político Unión Patriota, y su propuesta política se denomina: ‘El café de la paz’.
“Mi propuesta es trabajar desde el concejo de Calarcá para refundar el Eje Cafetero, volver al modelo de la ecología cafetera del abuelo, es decir que en nuestras fincas de café tengamos árboles de sombrío, biodiversidad y, por tanto, un café de alta calidad”, sostiene.
Molina cree que en el Quindío se deben de crear las Zonas de Reserva Campesina, que para él son “la asociatividad alrededor de la producción de bienes del campo con valor agregado, lograr una verdadera cadena productiva y la libre exportación de nuestro café”.
Su eslogan: ‘Para salvar la ciudad, primero hay que salvar el campo’. ¿Por qué el café de la paz? “Porque creemos en los diálogos de La Habana, en la paz del país y del campo colombiano, con justicia social y en paz con la naturaleza”
Su vida ha descollado entre cafetales de Calarcá y luchas agrarias en busca de reivindicaciones para los campesinos del Quindío.
Hoy en día se le ve en muchos lugares del departamento, posicionando su café, tostado y molido, de una fragancia exquisita, que se puede vender, según él, entre 4 y 6 dólares la libra en los mercados internacionales
Hernán Molina es la escuela ambulante de ‘Toma buen café’. Camina llevando a cuestas una mochila, donde guarda varios recipientes con distintos tipos del grano, una tostadora y moledora de café, a un lado, y, al otro, una cafetera, ambas creadas por él.
Destapa sus recipientes y los da a oler, en verdad tienen una exquisita fragancia del mejor café. Luego prepara la bebida y la ofrece a su cliente, para que, finalmente, le compre una o dos libras del café que cosecha en su finca.
Hernán Molina Osorio es candidato al concejo municipal de Calarcá por el partido político Unión Patriota, y su propuesta política se denomina: ‘El café de la paz’.
“Mi propuesta es trabajar desde el concejo de Calarcá para refundar el Eje Cafetero, volver al modelo de la ecología cafetera del abuelo, es decir que en nuestras fincas de café tengamos árboles de sombrío, biodiversidad y, por tanto, un café de alta calidad”, sostiene.
Molina cree que en el Quindío se deben de crear las Zonas de Reserva Campesina, que para él son “la asociatividad alrededor de la producción de bienes del campo con valor agregado, lograr una verdadera cadena productiva y la libre exportación de nuestro café”.
Su eslogan: ‘Para salvar la ciudad, primero hay que salvar el campo’. ¿Por qué el café de la paz? “Porque creemos en los diálogos de La Habana, en la paz del país y del campo colombiano, con justicia social y en paz con la naturaleza”